Todos deseamos tener unas finanzas estables que nos ayuden a cumplir nuestros sueños a corto, mediano y largo plazo. La libertad financiera, como algunos la llaman, es el sueño de muchos pero es logrado por pocos.
Hoy quiero comentar en una serie de artículos algunos hábitos que posiblemente te ayuden a mejorar tus finanzas. Si deseas saber con una o dos semanas de anticipación lo que voy a escribir en mi blog, entonces puedes ir a mi canal de YouTube y suscribirte 😀
Ahorro constante
El primer hábito lo llamo el ahorro constante. Las personas con mentalidad de abundancia tienen esta virtud. Ellos definen un porcentaje mínimo mensual de sus ingresos, digamos un 10%. Luego de ahorrar ese porcentaje proceden a pagar sus deudas, gastos básicos, entretenimiento, etc. Es decir, gastan después de ahorrar y no viceversa.
Estoy consciente que para algunos es casi imposible poder ahorrar, en ese caso hay que buscar mejores o múltiples fuentes de ingresos. Sin embargo, una familia promedio estará en capacidad de ahorrar al menos un 10% o más de su ingreso mensual.
Objetivos y plazos en el ahorro
Algo importante a considerar es que un ahorro no puede ser vacío. ¿Qué quiero decir con esto? Toda iniciativa de ahorro debe estar acompañada de un objetivo definido y un plazo de tiempo. ¿Por qué? Porque si empiezas a ahorrar sin metas ni plazos entonces estas ahorrando en el vacío. Es un dinero que tienes y no sabes en que lo vas a utilizar.
Es muy fácil desviar ese dinero a otros gastos que no tenías en mente al momento de comenzar a ahorrar.
Ahorro a corto, mediano o largo plazo
Por ejemplo, deseas comprar un carro o una casa y decides ahorrar durante 12, 24 o 36 meses. Ya estableciste tu objetivo y el plazo, tu motivación crece con cada aporte quincenal o mensual. Hay una intención, un tiempo, y un motivo, por lo que harás todo lo posible por cumplirlo.
Otro ejemplo es el ahorro a largo plazo, digamos a 20 o 30 años. ¿Ahorrar para usarlo en 20 o 30 años? ¿Por qué? ¿Para qué? Una posible respuesta, por ejemplo, pudiera ser el disfrute de tu vida en una etapa de retiro o jubilación. Es un compromiso de tu yo actual con tu yo del futuro.
Un reportaje de France24 mostraba que dos de cada tres norteamericanos en edad de jubilación tenían que continuar trabajando para tener un segundo ingreso ya que la seguridad social no les alcanzaba para sobrevivir. Otros estudios han mostrado, por ejemplo, que más de la mitad de los jóvenes mexicanos no piensan en su jubilación (fuentes al final del artículo).
Estrategias
Lo primero que debes tener presente es que para ahorrar debes saber exactamente cuántos son tus ingresos y cuántos son tus gastos.
¿Tus ingresos son fijos o variables? ¿Tienes un fondo de emergencias? ¿Cuál es tu núcleo familiar? ¿El ingreso es por un solo miembro de la pareja? Y así muchas otras preguntas básicas ya que cada circunstancia es única. Es decir, es necesario hacer una autoevaluación real de tu situación actual para poder crear un plan de acción.
Puedes tener varios objetivos y a cada uno le puedes asignar un peso específico. Supongamos que estas en la capacidad de ahorrar un 15% de tus ingresos. Una distribución de ejemplo pudiera ser de la siguiente manera:
5% – Objetivo a corto plazo (unas vacaciones, una computadora, etc.)
5% – Objetivo a mediano plazo (cambiar el carro, inicial para una casa, etc.)
5% – Objetivo a largo plazo (plan de retiro, inversión, etc.)
De esta forma estas distribuyendo tu ahorro. Si en un mes tienes un ingreso adicional variable, entonces pudieras asignarlo al objetivo de corto, mediano o largo plazo dependiendo de cuál sea tu prioridad. El monto del ahorro no es significativo para iniciar, lo importante es comenzar e ir buscando fuentes alternas de ingresos para aumentar tu patrimonio personal y familiar.
En el siguiente post te comentaré mi segundo hábito saludable: Realizar un presupuesto!